RESUMEN
- Gasolina 200 DH
- Bebidas + Pan: 100 DH
- Hotel Oasis en pleno pueblo de Tinerhir: 150 DH la habitación doble, con baño. Hotel básico para hacer una noche. Tiene restaurante en la terraza, y aparte tiene una cafetería con pantalla grande que nos daban el partido de la selección, que ese era uno de los objetivos del dia.Ver el Partido de la semifinal del mundial España-Alemania.
- Cena (nos pasamos cenando): 4 tajin Kefta + pan+ agua = 210 DH
RELATO
Nos levantamos pronto y desayunamos. Para las 9:30 estábamos en ruta. Decidimos cambiar la ruta y pasar por Er-Rachidia para ir a bañarnos a unos manantiales que recomienda La Lonely Planet (ya se podía haber guardado la recomendación... L),antes de llegar a Tinerhir.
Pues ahí fuimos con los trajes de baño puestos ,y en medio del recorrido darnos un bañito. Cuál fue nuestra sorpresa, cuando vemos botellas, bolsas de plástico… y demás guarradas tiradas en el curso del manantial, y decimos ¡Ahí se va a bañar tu tia!, Ya se podía meter la lonely planet la recomendación por el culo…
Pues venga carretera y manta hasta Tinerhir. Buscamos hotel céntrico y no apartado del pueblo y nos alojamos en el hotel Oasis. Lo más importante nos dan el partido de España-Alemania, le hacemos encender la televisión para ver si de verdad tiene el canal de deportes, no sea “Katanga”, y si se ve, ¡Genial!
Pues dejamos las mochilas, y comemos y después siestita de rigor. Optamos por dejar las Gargantas del Todra para verlas mañana por la mañana, así que después de la siesta una vueltita por el pueblo y unos zumitos de naranja antes de que empiece el partido.
Bueno ya son las 19:30 y comienza el España-Alemania, el bar del hotel repleto de hombres y yo la única chica, como siempre en todos los partidos que hemos visto hasta hora.
La tensión se masca en el ambiente, todo el mundo anima a España, metemos un ¡Gol! Y ¿Qué es esto?, vaya jaleo en el bar. Ganamos y la gente en la calle tocando los claxon…J
Nos vamos a cenar al restaurante del hotel para celebrarlo, pedimos primero dos tajines de Kefta.
Cuando nos los trajeron nos pareció poca cantidad, y pedimos otros dos mientras nos comíamos estos. Pero la vista era traicionera y con los dos nos habría bastado. Así que cuando nos fuimos a la cama estábamos abotargados y a ver quién era el guapo que nos movia. Dormimos como dos marmotas.
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